miércoles, 25 de noviembre de 2015

Párrafo de artículos

      Los productos traídos de América se fueron aclimatando con lentitud, y su incorporación a la dieta de los españoles e italianos, que fueron los primeros en adoptar los comestibles ultramarinos, fue dificultosa, más aún lo fue para el resto de Europa donde productos como el chocolate tardaron más de dos siglos y tres en el caso de la patata, sin olvidar que el tomate en Francia y Centroeuropa tardó aún más. El pavo y el pimiento fueron sin duda los más tempranamente adaptados y consumidos en España.
     Por otra parte alguna de las nuevas plantas como el tomate, el chile y la papa, no fueron bien recibidas, sino acogidas con desconfianza por los europeos, quienes las asociaron a otras alucinógenas ya conocidas como la belladona o el beleño, sospechando que fuesen venenosas. No obstante el clima templado de la cuenca mediterránea fue un lugar muy favorable para la aclimatación de las plantas americanas.

Sotelo, R. (2005). FOODS AND SOME EXCHANGES: Hospitalidad ESDAI.

      El pavo comienza a popularizarse en Europa desde el primer cuarto del siglo XIX. Cuando los campesinos franceses querían agasajarse en las largas noches de invierno se asaba un pavo. En la mayor parte de Europa, el "gallo de indias", fue hasta hace unas décadas el exquisito plato con el que las clases medias celebraban el ágape de Navidad. En la actualidad se ha desacralizado y se ha convertido en una carne relativamente barata y que va sustituyendo, por su mejor precio, a la ternera. Esto ha sido debido a las manipulaciones genéticas realizadas con el animal, creando aves monstruosas que producen gran cantidad de carne, consiguiendo así una producción en masa.

     La tradición de la huerta peninsular culminó con el traslado a tierras americanas de muchas legumbres procedentes del viejo mundo.  Desde el siglo XVI, las casas de personajes principales y de misioneros en América poseían ya su propio huerto de cultivos europeos, donde prosperaban el trigo, los guisantes, las judías, hortalizas, naranjos, limoneros, olivos e incluso vides.  También se difundieron especies como el ajo y plantas forrajeras para alimentar la ganadería que los españoles introdujeron en un continente donde no existían demasiados animales de labor.  Así, hasta la llegada de los españoles, el caballo era desconocido para los indígenas.


Tormo, J. Historia e intercambios del viejo mundo. 

KU CHAGOLLA XOCHITL CAMILLE

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